LA ADICCIÓN A LOS
JUEGOS EN LÍNEA.
La persona con este problema se caracteriza por jugar online durante un
tiempo excesivo, más de 3 horas diarias y esta conducta se mantiene aunque se
vaya convirtiendo en una obsesión que va reportando graves consecuencias
negativas (fracaso escolar, conflictos familiares).
Es un problema más habitual en adolescentes y jóvenes pero no es
exclusivo de esta franja de edad. Estas personas empiezan a jugar como una vía
de escape y entretenimiento pero terminan necesitando jugar para no sentir
malestar, nervios, con el tiempo se muestran incapaces de reducir el tiempo de
juego o de mantenerse sin jugar.
Normalmente este tipo de problemas se da con los denominados juegos de
rol online, estos juegos por sus características facilitan el “enganche” a
ellos. Actualmente también hay un importante mercado de juegos no basado en rol
que se han denominado juegos casuales (basados en juegos tradicionales como
parchís, cartas…) que también buscan la fidelidad de los usuarios y por tanto
existe también la posibilidad de hacer un uso abusivo de ellos en los términos
que lo hemos definido.
·
SEÑALES
DE ALARMA.
La necesidad de
estar jugando durante más tiempo va aumentando de manera progresiva hasta que
produce una total pérdida de control sobre el tiempo que se invierte. Los
intentos de control o reducción son infructuosos, la persona se muestra
incapaz, es superior a ella.
Una de las
señales de alarma más importante es el progresivo aislamiento. La persona poco
a poco deja de hacer cualquier actividad, no se relaciona con amigos y familia
y prefiere mantenerse jugando.
Abandono de responsabilidades: el fracaso escolar es muy
habitual en la gente más joven, comienza con una bajada del rendimiento pero
finalmente puede darse un absentismo escolar. En las circunstancias más
extremas el estudiante puede llegar a plantear a sus padres el abandono de los
estudios y no por ello plantearse el acceso al mundo laboral, se quedan al
margen de su desarrollo personal y profesional, optan por una indeterminación.
En los adultos
puede bajar el rendimiento laboral e incluso poner en peligro su estabilidad,
debido a un injustificado absentismo. En amas de casa se puede apreciar un
abandono de sus responsabilidades en el hogar en cuanto a limpieza, compras.
Problemas de atención y concentración debido a que la
persona piensa continuamente en el juego y sus estrategias. Por el contrario,
cuando la persona juega se centra tanto en el juego que es muy difícil llamar
su atención.
Cuando la
persona no puede jugar o se le impide, experimenta una serie de estados
negativos como inquietud, angustia, depresión o irritabilidad, sin embargo
cuando la persona juega puede experimentar estados de euforia y sobre
activación.
Pueden darse una
variedad de síntomas físicos como consecuencia del mantenimiento prolongado de
la postura y la conducta de juego: sequedad ocular, dolores de cabeza, dolor de
espalda y articulaciones...
Pérdida de peso o excesivo aumento por una mala
alimentación y deficiente ejercicio físico.
Alteración del ritmo de sueño. Se duerme pocas horas y
habitualmente lo hacen durante el día, dejando las noches para jugar. De este
modo se produce un desajuste que hace ir a la persona siempre cansada.
Descuido en el aseo personal.
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